SAN VALENTÍN: FE, AMOR A DIOS, AMOR PURO, SACRIFICIO Y EVANGELIZACIÓN

San Valentín fue un Santo mártir del siglo III, es comúnmente asociado con el amor y la amistad en la cultura popular. Sin embargo, como católicos, es importante recordar la verdadera historia y significado detrás de esta figura.

Valentín fue un sacerdote cristiano que vivió durante el reinado del emperador romano Claudio II. En ese momento, el cristianismo era perseguido y los cristianos eran obligados a adorar a los dioses paganos. San Valentín, sin embargo, se negó a renunciar a su fe y continuó predicando y bautizando a los fieles en secreto.

Según la tradición, San Valentín fue arrestado y encarcelado por su fe. Mientras estaba en la cárcel, San Valentín curó a la hija ciega del carcelero y convirtió a la familia del carcelero al cristianismo. Antes de ser ejecutado,  escribió una carta a la hija del carcelero, firmando como «Tu Valentín».

En su carta, San Valentín escribió: «Sea tu corazón puro y sin mancha, y así podrás ver a Dios» (Carta de San Valentín). Estas palabras nos recuerdan la importancia de la pureza de corazón y la búsqueda de la santidad en nuestra vida.

San Agustín de Hipona, otro gran Santo católico, escribió sobre el amor: «El amor es la virtud que nos hace amar a Dios y al prójimo» (San Agustín, De civitate Dei). San Agustín nos enseña que el amor verdadero es aquel que se dirige a Dios y a los demás, y no solo a nosotros mismos.

El Santo no es sólo un símbolo del amor romántico, sino un mártir que dio su vida por su fe y su amor a Dios.

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